La pequeña niña llamada Alba enfrentó dificultades inimaginables desde el momento en que nació. Tan pronto como la joven madre vio a su bebé, supo que no necesitaba a un hijo así. Ella era huérfana y tiene síndrome de Down.
Más tarde, tuvo al menos veinte posibles padres adoptivos, pero ninguno de ellos optó por compartir sus vidas con una niña «especial». Sin embargo, Alba encontró una familia única hace dos años. Luca Trapanese, de 40 años, es un hombre soltero sin padres ni hijos. La adopción por parte de familias monoparentales en Italia es un proceso complicado.
Pero en respuesta a la solicitud de Luca, los servicios sociales llevaron a la niña de 13 días a su hogar. Sus muchos años de experiencia en una institución de cuidado especial pueden haberle ayudado. Este trabajo le enseñó paciencia, empatía y cómo interactuar con los enfermos.
Tuvo que pasar por varias ocasiones y entrevistas antes de poder convertirse en el padre de Alba. Y la niña ha estado creciendo en un ambiente hogareño alegre durante los últimos dos años.
Luca la está criando sola, pero espera encontrar a alguien que comparta su alegría por la crianza. Por las tardes, disfruta de la compañía de su hija animada, a quien le encanta jugar y bailar, y los dos están contentos.