Mi hijo tiene 28 años, no trabaja ni estudia y todavía vive en casa.

Mi hijo tiene 28 años, no trabaja ni estudia y todavía vive en casa. Yo lo mantengo, y nunca ha tenido una relación — ¡y así es como quiero que sea! No necesitamos nueras por aquí. ¡Tiene a su mamá, la mujer más importante en su vida!

Mi hijo tiene 28 años, no trabaja ni estudia y todavía vive en casa.

La vida de mi hijo bajo mi techo: ¿control o cuidado?

Desde que nació, mi hijo ha sido el centro de mi universo. Lo crié sola después de que su padre decidiera que la paternidad no era para él. Fue un camino difícil, pero juntos logramos superar cada obstáculo. Ahora tiene 28 años, y aunque la sociedad podría juzgarlo por no trabajar ni estudiar, yo estoy completamente satisfecha con nuestra dinámica.

¿Es egoísta querer mantenerlo cerca? Tal vez, pero no lo veo así. Desde pequeño, siempre he tratado de darle lo mejor. Su habitación es su refugio, su espacio seguro, y nuestra casa es el único lugar donde sé que está bien. Trabajo duro para asegurarme de que no le falte nada.

Mi hijo tiene 28 años, no trabaja ni estudia y todavía vive en casa.

Muchas personas me preguntan por qué no lo animo a buscar un empleo o a salir más. La respuesta es simple: no quiero que se exponga al rechazo o a las decepciones de la vida. El mundo es un lugar cruel, y mientras esté bajo mi cuidado, puedo protegerlo. Además, no veo nada malo en que se quede conmigo. ¿Por qué tendría que buscar una esposa o formar una familia? Yo estoy aquí para él.

Recuerdo un momento particularmente incómodo cuando una conocida insinuó que estaba “malcriándolo”. Fue en una reunión familiar, y alguien preguntó por qué mi hijo aún vivía conmigo. Antes de que pudiera responder, esa mujer comentó: “Bueno, quizás es porque tú no lo dejas volar.” Me sentí herida, pero me mantuve firme. ¿Qué sabe ella de nuestras vidas? No entiende la conexión que tenemos.

Mi hijo tiene 28 años, no trabaja ni estudia y todavía vive en casa.

Algunos pueden pensar que estoy privándolo de independencia, pero yo lo veo diferente. Él no necesita pasar por las mismas luchas que yo enfrenté.
Mi hijo tiene 28 años, no trabaja ni estudia y todavía vive en casa.kHe escuchado tantas historias de matrimonios fallidos y desilusiones amorosas que simplemente no quiero que mi hijo pase por eso. Cuando le pregunto si le interesa conocer a alguien, siempre responde con una sonrisa:

Mi hijo tiene 28 años, no trabaja ni estudia y todavía vive en casa.“No necesito a nadie más, mamá. Tú eres suficiente.”

Por supuesto, no niego que a veces me preg

Like this post? Please share to your friends:
Buenas noticias