PENSÉ QUE EL MATRIMONIO NOS UNIRÍA, PERO EN VEZ DE ESO, NOS ALEJAMOS.
El silencio llenaba nuestras mañanas, la distancia crecía entre nosotros. Y luego, un día, un teléfono olvidado y un solo mensaje destrozaron mi mundo: “Hola, papito”. Un nombre que no reconocía. Una palabra que lo cambió todo. Tenía que saber la verdad, sin importar el costo.
No hacía mucho que me había casado con Danny, pero poco después, todo cambió.
Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
No era algo fácil de explicar, solo un cambio lento y constante en nuestra relación. Antes hablábamos de todo. Ahora, apenas intercambiábamos palabras.
Antes de la boda, nunca habíamos vivido juntos. Pasar noches en la casa del otro era una aventura, algo temporal y emocionante.
Pero vivir juntos—de verdad vivir juntos—era distinto. Significaba vernos en nuestros peores momentos, lidiar con horarios complicados y enfrentar problemas que antes no existían.
Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
No sabía cómo arreglarlo. Algunos días quería intentarlo, acercarme, preguntarle a Danny si él también lo sentía. Pero nunca lo hice.
Tenía miedo de la respuesta. Me sentía irritada constantemente, explotaba por cosas pequeñas, y lo odiaba. Odiaba en lo que me estaba convirtiendo.
Esa mañana fue como todas las demás. Sin beso de buenos días. Sin conversación casual.
Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Cada uno tomó algo rápido para desayunar y nos preparamos en silencio. Danny salió primero, apenas mirándome al salir.
Suspiré y me dirigí a mi bolso cuando lo vi: su teléfono en la encimera de la cocina.
Lo tomé y lo giré en mis manos. Solo lo dejaría en su oficina de camino al trabajo. No era gran cosa. Pero entonces la pantalla se iluminó con un mensaje.
Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Era de alguien llamada Martha.
Mi estómago se hundió. Mis manos temblaron. Me quedé mirando las palabras, con la respiración atrapada en mi garganta.
¿Quién era Martha? ¿Y por qué llamaba a mi esposo “papito”? Sabía que si le preguntaba, él mentiría.
Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Borré el mensaje de la pantalla. Si Danny lo veía, sabría que lo había leído. Si estaba escondiendo algo, quería atraparlo con la guardia baja.
Tragué el nudo en mi garganta, tomé mis llaves y salí de la casa. Mientras manejaba hacia su oficina, mi corazón latía tan fuerte que dolía.
Danny siempre se quedaba hasta tarde en el trabajo—desde que éramos novios. Antes admiraba su dedicación. Ahora, no estaba segura si realmente trabajaba hasta tarde… o si estaba con ella.
Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Cuando llegué, caminé directamente hasta su escritorio sin tocar la puerta. Danny estaba solo, rodeado de montones de papeles, con el ceño fruncido en concentración. Ni siquiera me notó al principio.
Carraspeé.
—Hola —dije, de pie junto a su escritorio.
Danny levantó la mirada, sorprendido.
—Oh, hola. ¿Qué haces aquí? —Dejó su bolígrafo y se inclinó hacia atrás en su silla.
—Olvidaste tu teléfono en casa —dije, dejándolo frente a él.
Danny lo tomó.
—Oh. Gracias. —Revisó la pantalla—. ¿Alguien llamó?
El silencio llenó la habitación. Danny tamborileó los dedos en el escritorio. Me removí en mi lugar.
—Bueno —dije, forzando una pequeña sonrisa—. Me voy.
Me giré hacia la puerta.
—Kate —dijo Danny suavemente—. Te amo.
—Yo también te amo —susurré antes de salir.
Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Días después, Danny me envió un mensaje diciendo que se quedaría hasta tarde en el trabajo. Mi corazón se aceleró mientras miraba la pantalla.
Había visto ese mensaje antes—demasiadas veces. Pero esta vez, no podía ignorar la duda en mi interior. Tomé mis llaves, salí temprano del trabajo y manejé directamente a su oficina.
Cuando llegué, su auto seguía en el estacionamiento. Eso significaba que no me lo había perdido. Me estacioné unas plazas más lejos, con los dedos apretando el volante. Solo tenía que esperar.
Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Los minutos pasaron lentamente. Mi pulso se aceleró cuando lo vi salir veinte minutos después—exactamente cuando su jornada laboral terminaba oficialmente.
Nada de horas extra. Nada de reuniones. Entonces, ¿por qué había dicho que trabajaría hasta tarde? Algo no encajaba.
Lo observé mientras caminaba hacia su auto, relajado, como si no tuviera idea de que yo estaba allí, viendo cada uno de sus movimientos.
Solo con fines ilustrativos. | Fuente: Midjourney
Encendió el motor y se alejó. Yo hice lo mismo, siguiéndolo a una distancia segura. Sentía un nudo en el estómago, pero no podía detenerme ahora.
Después de unos minutos de manejar por la ciudad, Danny giró en una calle desconocida y se estacionó frente a una casa que nunca había visto antes.
Mi corazón martilleaba en mi pecho.
La puerta principal se abrió.
Y ahí estaba ella.
Martha.
Con un bebé en brazos.
Danny la besó en la mejilla y entró a la casa como si fuera su hogar.
Me quedé inmóvil en el auto, incapaz de respirar.
No solo me estaba engañando.
Tenía una doble vida.
Y ahora, yo lo sabía.