Este niño envió una caja de regalo sorpresa a un desconocido, y después de 14 años, ocurrió lo imposible.

Tyrel Wolfe, que tenía siete años en ese momento, ayudó a sus padres a empacar regalos de cajas de zapatos de Navidad para niños en Filipinas en el año 2000. Numerosas cosas, como útiles escolares, artículos de tocador y pequeños obsequios, fueron enviados como parte de la iniciativa Operation Christmas Child, dirigida por Samaritan’s Purse.

Este niño envió una caja de regalo sorpresa a un desconocido, y después de 14 años, ocurrió lo imposible.

Cada persona que participó llenando una caja de zapatos se les pidió que enviaran una foto de sí mismos junto con su regalo. El joven subió una foto de sí mismo como resultado directo de esto. Cuando Wolfe tenía 21 años, una mujer llamada Joanna Marchan le envió una solicitud de amistad en Facebook. Al principio, no le prestó atención porque no pensaba que tuviera relación con su vida.

Este niño envió una caja de regalo sorpresa a un desconocido, y después de 14 años, ocurrió lo imposible.

«Dos años después, Marchan me envió otra solicitud para ser su amiga». Esta vez, Wolfe respondió, preguntándole cómo logró reconocerlo y mostrando su curiosidad al respecto. Marchan le informó que había recibido la foto y el regalo de la caja de zapatos de Wolfe y los había guardado en un lugar especial desde entonces. También le dijo que, aunque había enviado una nota de agradecimiento, por alguna razón se había perdido en el correo. Todas esas incertidumbres desaparecieron en el momento en que la vio.

Este niño envió una caja de regalo sorpresa a un desconocido, y después de 14 años, ocurrió lo imposible.

«Cuando finalmente llegué y la conocí, tuve que golpearme varias veces porque sentí que era un sueño». Fue beneficioso para ambas partes que se llevaran bien. La familia de Marchan tenía una tradición que ninguno de ellos podía casarse legalmente sin obtener primero la bendición del padre de Marchan.

Aunque Wolfe estaba triste por tener que regresar a su residencia anterior, el incidente solo fortaleció su determinación. «No teníamos idea de cuándo nos volveríamos a ver, así que fue una de las despedidas más difíciles que tuve que dar. Le prometí que me pondría en contacto con ella tan pronto como pudiera, pase lo que pase».

Este niño envió una caja de regalo sorpresa a un desconocido, y después de 14 años, ocurrió lo imposible.

Unos meses después, Tyrel viajó nuevamente a Manila, esta vez con su propio padre Ivan, y logró convencer al padre de Marchan de que podría casarse con ella. Esta dulce historia, que no es realmente ficción, nos muestra que el amor y la magia están a nuestro alrededor, esperando ser descubiertos, si tenemos un corazón abierto y un poco de fe.

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