DESPUÉS DE LA MUERTE DE NUESTRA MADRE, MI HERMANA ME ABANDONÓ EN UN HOGAR GRUPAL—AÑOS DESPUÉS, TUVE QUE CUIDAR A MIS SOBRINOS, QUE ENFRENTAN EL MISMO DESTINO
Linda y su hermana mayor, Amanda, siempre se peleaban cuando eran pequeñas. Eventualmente, Amanda se fue a la universidad mientras Linda aún estaba en la secundaria.
Las peleas cesaron por un tiempo, ya que las dos ya no compartían una casa. Pero cada vez que Amanda venía de visita, las discusiones volvían. “Lo único que quiero para ustedes dos es que se mantengan juntas, pase lo que pase,” les decía su madre, Meredith.
Todo cambió cuando Meredith enfermó gravemente. Dado que el padre de las dos chicas no estaba en sus vidas, Meredith no tuvo otra opción que pedirle ayuda a Amanda.
“Si las cosas salen mal, por favor no abandones a Linda. Tendría que vivir en un hogar grupal, pero cuando te gradúes, por favor, regresa por ella,” rogó Meredith a Amanda.
Finalmente, Meredith falleció mientras dormía. Linda se quedó en un refugio local, esperando la graduación de su hermana.
Al final del año, Linda recibió la noticia de que Amanda se había graduado e intentó llamarla. Amanda colgó la llamada sin decir una palabra a Linda.
Mientras las semanas de espera se convertían en meses, Linda se dio cuenta de que Amanda nunca regresaría por ella. Las hermanas nunca más se hablaron y llegaron a odiarse aún más.
Después de un año difícil, una encantadora pareja, Tim y Gabby, adoptaron a Linda. Ella fue tratada como parte de la familia y disfrutó el resto de su vida en la secundaria. Sus padres adoptivos estuvieron con ella en su graduación universitaria.
“No importa lo que pase, siempre estaremos a una llamada de distancia,” le dijo Gabby a Linda.
Linda se convirtió en una exitosa agente inmobiliaria en su ciudad natal. Le gustaba ayudar a las personas a encontrar la casa de sus sueños, tal como Tim y Gabby lo habían hecho por ella.
“Cuando miro dentro de la habitación de los niños y veo a esos dos bebés, recuerdo cómo me dejaron en ese hogar grupal.”
Un día, Linda recibió una llamada del hospital local. Una enfermera le informó que ella era el contacto de emergencia de Amanda.
“Lamento mucho tener que decirte esto, pero tu hermana falleció debido a complicaciones durante el parto. Dio a luz a dos hijos, y tú eres su pariente más cercano,” explicó la enfermera.
Linda se quedó confundida y enojada. Amanda ni siquiera le había dicho que estaba embarazada, y mucho menos que ella era un contacto de emergencia. ¿Cómo se atrevía? pensó Linda.
Decidió llamar a Tim y Gabby para pedirles consejo. Ellos la habían ayudado a procesar sus sentimientos de abandono antes, y sabía que tendrían buenos consejos.
“Sé que esto es difícil de aceptar, pero Amanda era tu hermana, y esos dos niños recién nacidos no han hecho nada malo. Al menos ve al hospital y busca respuestas,” le dijo Tim a Linda.
Linda agradeció a Tim y Gabby por su consejo, pero aún no estaba convencida. Sentía que esta responsabilidad era del padre de los niños, no de ella. Linda pensaba que nunca adoptaría a los niños, especialmente considerando todo lo que Amanda ya le había hecho pasar.
Linda llegó al hospital buscando respuestas y habló con una de las enfermeras. La enfermera le informó que Amanda había dejado una nota antes de fallecer.
“Puede que sea demasiado tarde, pero ahora entiendo cuántos errores cometí y cuánto los lamento.
Sé que el perdón es lo último que tienes en mente ahora, pero por favor, considera mi último deseo.
Te pido que aceptes a mis hijos. Te lo ruego.
Después de todo, solo al convertirme en madre entendí las emociones que nuestra madre experimentaba cuando me pidió que no te dejara.
Ahora siento esas emociones… lo siento mucho,” decía la nota.
Linda encontró difícil procesar todo de una vez y se quedó sentada en el hospital preguntándose si había más en la historia. ¿Dónde diablos está su padre?, pensó para sí misma.
“Sin importar las peleas que tengan, siempre deben mantenerse unidos, en las buenas y en las malas.”
Descubrió en el celular de Amanda que había cientos de llamadas y mensajes de un hombre llamado Derek. Resultó que Derek había huido de la ciudad cuando descubrió que Amanda estaba embarazada.
Amanda quedó sola, sin apoyo, durante meses antes de que entrara en labor de parto. Esta situación le recordó a Linda a su madre. Meredith también fue abandonada por su esposo después de que Linda naciera y tuvo que asumir el rol de madre soltera.
Linda volvió a llamar a Tim y Gabby para desahogarse.
“Cuando miro dentro de la habitación de los niños y veo a esos dos bebés, recuerdo cómo me dejaron en ese hogar grupal,” les explicó.
“Suena como si supieras exactamente qué hacer,” respondió Tim.
Después de hablar con Tim y Gabby, Linda dejó un mensaje más para el padre de los hijos de Amanda.
“Espero que algún día te des cuenta de tu error al abandonar a mi hermana y a tus hijos. Todo lo que puedo esperar es que algún día busques el perdón antes de que sea demasiado tarde,” decía el mensaje.
Ese día, Linda firmó como tutora de sus dos sobrinos. Los nombró Timothy y Gabriel, en honor a sus padres adoptivos, que tanto la ayudaron. Para ella, lo más importante que podía hacer para honrar a su hermana y a su madre era asegurarse de que los niños siempre se apoyaran mutuamente.
“Sin importar las peleas que tengan, siempre deben mantenerse unidos, en las buenas y en las malas,” les dijo Linda a sus sobrinos. Los tres vivieron una vida feliz juntos, y Linda sintió una alegría especial al proporcionarles un hogar.
En recuerdo, Linda siempre los llevaba a colocar flores frescas en las tumbas de su madre y su abuela.
Linda perdonó a su hermana y siempre deseó que pudieran haberse reconciliado mientras ella aún estaba viva. Pero siempre se sintió reconfortada al mirar a Timothy y Gabriel, ya que tenían los ojos de Amanda.
¿Qué podemos aprender de esta historia?
Deja de lado tus diferencias. Si Amanda hubiera aprendido a mirar más allá de las pequeñas disputas, podría haber formado un vínculo más fuerte con su hermana.
Nunca es tarde para perdonar. Incluso después de la muerte de su hermana, Linda aprendió a perdonar a Amanda y aceptó a sus hijos en su vida.