Esta pareja decidió adoptar a una recién nacida que no podía usar ninguno de sus miembros ni piernas. Sabían que la adopción afectaría la vida de la niña, pero no se dieron cuenta de que también cambiaría la dirección de sus propias vidas. La discapacidad de su hija les ha inculcado un aprecio por las cosas más simples de la vida y la habilidad de encontrar alegría en las actividades más mundanas.
María, quien tenía apenas seis meses en ese momento, fue colocada en el orfanato Selected Children Village en la ciudad de Silang, Filipinas, cuando estuvo disponible para la adopción. Lo único que la distinguía de los demás niños era que no tenía extremidades desde su nacimiento, pero aun así, era impecable y hermosa en su apariencia.
En octubre de 2014, Adrianne y Jason Stewert de West Jordan, Utah, estaban revisando una lista de niños en proceso de adopción. Encontraron una foto de María por accidente. María capturó sus corazones en el momento en que la vieron, y no pudieron evitar enamorarse de ella.
A pesar de que al principio no querían adoptar a un niño con necesidades especiales, después de conocerla, no pudieron resistirse a enamorarse de ella y decidieron darle un hogar para siempre. Aunque ya tenían dos hijas y un niño adoptado de Filipinas, Joshua, decidieron seguir adelante con la adopción, sin importar la condición de la niña.
En octubre de 2015, después de esperar un año entero, la familia Stewert finalmente viajó a Filipinas para recoger a su hija María y llevarla de regreso a Estados Unidos. Tan pronto como estuvieron en contacto con María, sus preocupaciones desaparecieron. A pesar de ser la primera vez que se encontraban, María estaba tranquila y sonriente.
Para llevar a María a su hogar en Estados Unidos, la pareja viajó hasta Filipinas. Cuando la cuidadora del orfanato vio a María finalmente reunirse con su nueva familia, no pudo evitar llorar en silencio. Fue una experiencia conmovedora para todos los involucrados.
Después de llevar a María a su hogar en Utah, todo salió bien, pero María necesitó tiempo para adaptarse a su nuevo entorno antes de sentirse cómoda allí. A pesar de los desafíos, Adrianne considera que han sido beneficiosos, ya que «ella está llena de luz y amor».
Con el tiempo, María y sus hermanos, especialmente Joshua, se llevaron muy bien. María es considerada igual a los demás por Joshua; él solo la ve como su hermana menor. La vida de los Stewert cambió por completo después de adoptar a María. No tenían idea del profundo efecto que esto tendría en sus vidas.
Maria tiene tres años y está en preescolar. Participa en terapias ocupacionales, del habla y físicas mensualmente. A pesar de su discapacidad, realiza muchas de las mismas actividades que sus hermanos, pero de manera diferente. Maria ha enseñado a su familia a apreciar las cosas simples y a abrazar lo que tienen.
La lección más importante que les ha enseñado es que todos somos mucho más capaces de lo que pensamos.