Una vez una mujer casada feliz, Anna, su esposo Richard, desapareció sin dejar rastro. Esto la sumió en una pesadilla insondable. Siempre estuvo confundida después de esperar durante años y preguntarse por qué él desapareció.
Anna luchó con el amor, la culpa y la necesidad de seguir adelante después de que Richard se fuera. Aunque su amigo devoto Jake estuvo allí para animarla, Anna luchó por abrazar por completo nuevas oportunidades debido a los recuerdos de Richard.
El punto de inflexión llegó en un viaje de trabajo que llevó a Anna a una reunión inesperada en una parte distante del país. Su idea de una vida normal se rompió cuando escuchó una voz que conocía en un servicio religioso. El imponente chico al que antes llamaba su esposo estaba parado frente a ella con otra mujer.
Después de la reconexión inesperada, Richard organizó una reunión secreta en el café Tom’s de River Street. Le contó la historia de una vieja llama, un amor de la escuela secundaria que regresó siete años antes para contarle lo que estaba pensando y pedir perdón. Y aún tenía la capacidad de controlar las emociones de Richard.
La noticia volvió completamente patas arriba la vida de Anna, borrando los años de esperanza apasionada y arrojando su anterior cuento de hadas a la historia. Anna se llenó de agonía y rabia cuando Richard reveló que se había vuelto a casar, y ella se vio obligada a lidiar con el dolor de la traición.
Con la difícil decisión de seguir adelante, Anna se convirtió en parte del silencio que siguió a la larga ausencia de Richard. Le costó perdonar a Richard en las semanas siguientes, y juró vivir su vida de la manera que ella quisiera.
Al buscar a Jake para finalmente explorar nuevas posibilidades, Anna se hizo una promesa a sí misma de que nunca viviría por un hombre o por nadie más que ella misma. El viaje de Anna tomó un giro para mejor cuando las cosas no salieron según lo planeado;
experimentó desamor, autodescubrimiento y la fuerza para comenzar de nuevo cuando sus esperanzas se desmoronaron.