La pequeña Connie Lloyd nació con una característica inusual. Tenía una mancha roja en su pequeña nariz de bebé. Los médicos dijeron que no era nada grave, que pronto
desaparecería y que no quedaría rastro de la rojez. Le diagnosticaron un hemangioma y le recetaron varios tratamientos y medicamentos. Los padres se tranquilizaron un poco. Sin embargo, el tratamiento no dio ningún resultado.
La marca en la nariz de Connie solo crecía. Los padres estaban preocupados, temiendo que la mancha se hiciera más grande y se extendiera por su rostro. Además, la gente constantemente se burlaba de Connie, haciendo comentarios
desagradables sobre su apariencia. La llamaban payasita y su nariz, «nariz de payaso». La niña creció siendo introvertida, como si sintiera que algo estaba mal con ella.
Los padres buscaron obstinadamente médicos que pudieran realizar una cirugía. Les llevó tres años encontrar a los médicos adecuados. Sin embargo, finalmente, Connie pudo someterse a una operación y deshacerse de la mancha roja
en su nariz. Después de la cirugía, la niña se transformó de tal manera que sus padres ni siquiera la reconocieron. Pero esta operación le brindó a Connie un futuro más feliz y brillante. Ahora se siente segura de sí misma, hace amigos con facilidad y se ha vuelto más abierta y sociable.