Cuando una familia contempla tener un hijo, a menudo empiezan por adoptar un perro. Lo hacen como una introducción suave a la paternidad y para determinar si son o no aptos como padres.
En este día en particular, esta familia recibió una oferta de dos por uno. Se enteraron de que la mamá estaba embarazada el mismo día en que eligieron al perro perfecto para adoptar, Bruno.
Por intimidante que parezca, esta fue la mejor clase magistral
de entrenamiento que pudieron haber tenido para tener un hijo. ¡Bruno incluso disfruta lanzando sus juguetes sobre la barriga de la madre embarazada!
Cuando finalmente llega el bebé al mundo de esta familia, Bruno reconoce su papel de hermano mayor de inmediato. Bruno es el compañero ideal, ya que es amable y atento con su hermano menor.
Esta pareja es una combinación perfecta. Bruno y el recién nacido comparten una amistad inquebrantable que seguramente perdurará toda la vida mientras juegan, se acurrucan, se ríen y causan travesuras juntos.
Bruno adora a su hermanito y es realmente amable con él. A Bruno le encanta viajar en el asiento trasero, donde puede vigilar a su hermanito.
Es sorprendente ver el instinto de los perros de querer ser cuidadores. Bruno acepta con gusto y se toma en serio su papel de hermano mayor.
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